Es curioso que el origen y la historia del café sea uno de los temas que más teorías diversas reúne. Parece que los distintos historiadores no pueden ponerse de acuerdo, y sus propias investigaciones compiten con las leyendas generadas en torno al surgimiento de esta infusión tan popular.
Hoy en día, el café le pisa los talones al petróleo como la segunda mercancía más comercializada a nivel mundial. Cada año se consumen alrededor de 400 mil millones de tazas de café. Además, son cerca de 125 millones las personas que trabajan cultivando el café, y se alcanzan a producir 100 millones de bolsas de café cada año.
La primera tienda de café de la que se tiene registro nació en la ciudad de París en el año 1672. Sin embargo, tuvo que pasar mucho tiempo y una incontable cantidad de acontecimientos y casualidades desde que se descubrió esta infusión hasta llegar a comercializarla como bebida en una tienda.
Por eso, en este artículo nos proponemos explorar a fondo todos los hechos y las teorías que se conocen hasta el día de hoy sobre el origen y la historia del café.
Historia del café y orígenes
Si bien las teorías sobre el origen y la historia del café son muchas y muy variada, todas ellas comparten un elemento en común: ubican a Etiopía como el país de origen del café, en el continente africano.
La versión más popular sobre el origen del café cuenta la leyenda de un pastor llamado Kaldi que observó el efecto que una planta de frutos rojizos provocaba en su rebaño de ovejas. El pastor constató asombrado que las ovejas se volvían más activas y tenían más energía cuando consumían esta planta. Por supuesto, esta mencionada planta era lo que hoy conocemos como cafeto o planta de café.
Al ver el poder energético de estos frutos, el pastor decidió recoger algunos y llevarlos a un monasterio, donde los monjes lo probaron. Sin embargo, el sabor amargo les resultó tan desagradable que optaron tirar los granos restantes a las brasas para que se quemaran. Entonces ocurrió la magia: el atractivo olor de los granos de café quemados les dio la idea de preparar una infusión con ellos. Así es como se llegó a la primera bebida de café similar a la que conocemos hoy.
Sin embargo, esta historia sobre el origen y la historia del café puede no ser cierta. Se cree que las tribus africanas eran consumidores de café desde la Antigüedad.
La leyenda de Kaldi
A su vez, los historiadores señalan al origen del café en los primeros cafetos en las montañas de Etiopía, desde donde pasaron a Yemen. Esta teoría, más verídica que la creativa anécdota del pastor Kaldi, explica que los esclavos eran transportados desde Sudán a Yemen a través del puerto de Moca. Estos esclavos comían de los frutos del café y podrían encontrarse allí los inicios de su expansión.
Moca, además de ser hoy el nombre de un tipo de café, era también el puerto principal de la ruta marítima a la Meca. La Meca era el lugar más visitado del mundo en aquel entonces, lo que explica también la expansión del consumo de café.
No obstante, los árabes tenían una estricta política proteccionista en cuanto al café: no permitían su exportación, para que no fuera posible cultivarlo en ningún otro lugar. A pesar de los muchos intentos por contradecir esta normativa, fueron los holandeses en 1616 quienes lograron llevarse granos y comenzaron a cultivarlos.
Sin embargo, ninguna de estas teorías sobre el origen y la historia del café son sencillas de comprobar. La información más certera se limita a confirmar que se cultivaba en Yemen antes del siglo XV y es posible aventurar su cultivo bastante antes en el tiempo.
En sus inicios, el consumo de café fue muy promovido en Yemen, ya que se buscaba popularizar esta planta y evitar el consumo de «Kat», un arbusto de efectos muy fuertes, cuyas hojas se masticaban como estimulante.
Así, se abrieron en Yemen las primeras «cafeterías«, como les llamaríamos hoy en día. Este tipo de establecimientos se expandieron de forma muy rápida a través del mundo árabe, y pronto pasaron de ser lugares de encuentro, ocio y música para convertirse en centros de discusión política. Por este motivo, las cafeterías fueron prohibidas.
Sin embargo, como este tipo de establecimientos continuaban apareciendo, contrario a la norma, se resolvió permitir su existencia pero cobrarles altos impuestos.
Gracias a los holandeses que lograron exportar café a Ámsterdam, su consumo se expandió no solo al continente europeo sino también al continente asiático. Así, introdujeron el café en lo que hoy se conoce como Indonesia, país que hoy en día es el cuarto exportador de café más importante a nivel global.
Fueron los europeos, a su vez, quienes llevaron el café a América Latina a través de sus colonias.
Historia del café en Colombia
Como todos los temas en torno al café, este es otro que también guarda un halo de mucho misterio: no se sabe a ciencia cierta cómo llegó el café a Colombia. No obstante, es importante realizar una breve historia de la llegada del café a este país.
Una posibilidad es que los jesuitas hayan traído granos de café a Nueva Granada en 1730. El jesuita José Gumilla escribió un libro publicado en 1730 que da cuenta de la existencia de cultivos de café en la misión de Santa Teresa de Tabajé, cercana al Río Meta en el Orinoco.
Por otra parte, existen también registros de la presencia de cultivos de café en algunas regiones del país tales como Santander y Boyacá en el año 1787.
No obstante, a pesar del desarrollo temprano del café en Colombia, el café colombiano como producto a comercializar a nivel global se consolidó recién después de la segunda mitad del siglo XIX.
Fue entonces cuando el mercado internacional comenzó a volverse atractivo para los grandes productores de café en Colombia. Estados Unidos a la cabeza, con Alemania y Francia como los más importantes de Europa, conformaban el inicio de la lista de los mayores países consumidores del café colombiano.
Si bien el café colombiano es uno de los más reconocidos a nivel mundial, cabe preguntarse por qué merece esta condecoración. Colombia no es pionera en producir ni exportar café, ni tampoco es el país productor de café más grande del mundo. Por el contrario, este título lo ostenta Brasil.
Sin embargo, Colombia reúne una serie de motivos que hacen que su café destaque del resto del mundo.
Estos son algunos de los secretos del café colombiano:
- En Colombia se cultiva solo el café arábico, que es el más valorado por su olor y su sabor fuerte
- El clima tropical y las montañas altas conforman las condiciones ideales para cultivar café en Colombia
- La recolección del café cultivado en Colombia tiende a realizarse de forma manual, lo que aumenta la calidad del grano. Por el contrario, en Brasil la recolección suele ser de manera automática.
A continuación repasaremos algunas de las principales marcas de café colombianas:
- Juan Valdez
- Café Tinamú
- Café Valle Santo by Santoro
- Los Comuneros
- Giro Café
- Umbra
- Café Mokatán
- Café Alto
- Café Fedar
Historia del café en México
Junto con la palta, el café de México es un producto destacado y muy comúnmente comercializado. Casi la mitad de la exportación agrícola mexicana se debe al café, lo que comprende un importante porcentaje dentro de las exportaciones totales de México hacia el mundo.
Europa, Canadá y Estados Unidos son los principales consumidores del café de México, que se produce sobre todo en la zona sur y centro.
El café mexicano tiene una particularidad que radica en su forma más popular de prepararlo. El conocido café de olla se bebe en especial en regiones muy frías y pueblos pequeños. Este tipo de café debe su nombre al recipiente donde se prepara: una olla de barro.
A continuación repasaremos algunas de las principales marcas de café mexicanas:
- Punta del Cielo
- Alche
- Garat Café
- Capeltic
- Ensueño Mixteco
- Café Cupella
- Café simpático
Cafeterías del mundo
Así, el fenómeno de las cafeterías, que en el siglo XIX y el siglo XX fueron revolucionarias en Europa y propiciaron los encuentros de famosos artistas, políticos y figuras públicas, hoy se puede ver en cada esquina.
Famosos establecimientos de café tales como el Café Gijón, en Madrid, o el Novelty, en Salamanca, el Café Tortoni en Buenos Aires, el café Casa Municipal en Praga, el café New York en Budapest hasta el café Le Procope en París se han convertido en cunas de la cultura y el aroma fuerte del café.
Hoy en día, el negocio de las cafeterías está tan expandido que es difícil dejar de pensar en cadenas como Starbucks, que venden franquicias en todo el mundo y se dedican a vender la experiencia de tomar café.
Más información:
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